7 de julio de 2011

TALLER en EL CENTRO

Estrés. Alternativas de tratamiento.
A fines del siglo XX se definió al estimulo estresante como las condiciones o eventos externos que afectan al organismo. Pueden considerarse como tal una gran variedad de experiencias tensas y displacenteras o claramente traumáticas: desde asistir un examen hasta sobrevivir a un terremoto o bombardeo, pasando por la muerte de un ser querido. La intensidad del estimulo estresante, su duración y las diferencias interindividuales de las personas hacen que unos desarrollen un trastorno y otros no.
Los cambios sociales rápidos y continuos, la inseguridad, las tareas y responsabilidades múltiples, las competencia laboral, la constante complejización de la tecnología y los medios de comunicación que amedrentan con información agobiante o predicciones de cataclismos apocalípticos son algunos de los elementos estresantes de la vida cotidiana que afectan a mucha gente y si bien pueden no llegar a ser causa de patologías  por si solos, indiscutiblemente juegan un rol importante en el proceso salud-enfermedad.
Estrechamente relacionados con el estrés se encuentran los Trastornos de ansiedad. Son cinco patologías agrupadas bajo este título entre las cuales figuran los ataques de pánico y las fobias, cada vez mas nombradas en el consultorio medico de cualquier especialidad y en las conversaciones del común de la gente. Se estima que alrededor del 25% de la población sufre ansiedad patológica en algún momento de la vida, con un mayor predominio en el sexo femenino .
La literatura médica recomienda para su tratamiento actividad física, técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductal y diversos fármacos (ansiolíticos y antidepresivos, esencialmente), pero en la práctica a veces resulta complicado instalar alguno de ellos de modo satisfactorio. El ejercicio  físico, por ejemplo, necesita constancia y sus beneficios no son inmediatos. Muchos pacientes desconfían de beneficios de la psicoterapia, rechazan los psicofármacos ya sea por prejuicio ya por concepciones filosóficas o bien porque no toleran los efectos adversos. Otros, aun cumpliendo con todas las indicaciones, no logran una mejoría. En este contexto de contrariedad y a menudo de frustración la búsqueda de otras opciones se vuelve forzosa. La homeopatía, las flores de Bach, el tai chi chuan, el chi kung, la acupuntura, el shiatsu, el reiki, la danza o  la músico terapia, la gemoterapia, los cuencos tibetanos, los mándalas, la hipnosis y una larga lista de otras terapias alternativas o complementarias llaman nuestra atención y merecen ser consideradas; con frecuencia para su prescripción nos falta evidencia de su eficacia y un mayor conocimiento de los posibles riesgos de su aplicación. Entre tantas se destaca el legado cultural del lejano oriente. La medicina  tradicional china (acupuntura, chi kung, fitoterapia y masajes), una de las más antiguas en artes de sanar, propone su propio marco teórico para diagnosticar y tratar los problemas de salud. La acupuntura, el gran logro de ella, empezó en el siglo pasado una nueva etapa: la de la reevaluación científica en base a los conocimientos de la medicina occidental moderna. Los recientes descubrimientos avalan su uso más allá del escepticismo de algunos y la ignorancia prejuiciosa de otros.
Numerosas investigaciones realizadas en distintos animales demuestran la eficacia de la acupuntura para  mejorar o normalizar los diversos parámetros bioquímicos alterados por el estrés, en cuadros de ansiedad y depresión. Estudios clínicos comparativos  ponen en evidencia no sólo los cambios moleculares sino también la mejoría de los síntomas emocionales e inclusive  de las dolencias físicas asociadas. Lamentablemente hay pocos estudios diseñados correctamente desde el punto de vista metodológico que aclaren las dudas sobre otras tantas disciplinas con probables beneficios para la salud pero existen suficientes elementos para desmitificar el término de “medicina alternativa” pronunciado con tono peyorativo y recomendar la acupuntura como una herramienta válida en el tratamiento de nuestros pacientes estresados, sea como parte de un tratamiento interdisciplinario o como una  verdadera alternativa.

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