El Qi Gong, cuya práctica se remonta a unos 7.000 años, constituye una de las partes más importantes de la medicina tradicional china, al mismo nivel que la acupuntura, la fitoterapia, la dietética o los masajes.
Desde muy pronto jugó un importante papel en la conservación de una buena salud entre los soberanos del Imperio Celeste. Actualmente, es practicado por más de 10 millones de chinos.
Está formado por los ideogramas Qi (que se pronuncia “chi” y significa “energía”), formado, a su vez, por el pictograma del arroz (símbolo de la tierra) y del aire (símbolo del cielo), y Gong (pronunciado “koung”), el “método”, el “trabajo”, compuesto por el pictograma de la herramienta y el de la fuerza humana.
El Qi Gong es, por lo tanto, el método que permite conservar la salud y alcanzar la longevidad, trabajando sobre la energía, captándola del Universo y, seguidamente, haciéndola circular por el cuerpo a través de los meridianos de acupuntura para equilibrar el Qi en Yin y en Yang y, así, evitar su estancamiento o su exceso gracias a la conjunción de:
• la respiración controlada,
• los movimientos de gimnasia lentos,
• la concentración de la mente en una parte del cuerpo o en el trayecto recorrido por el meridiano.
Por lo tanto, su particularidad reside en el trabajo, no sólo del cuerpo, es decir, los músculos o los huesos como en la gimnasia occidental, sino también y sobre todo en la mente, es decir, en la energía vital. Hasta hace pocos años, el Qi Gong sólo era transmitido a los discípulos muy próximos. Además, por su desarrollo entre los monjes budistas o taoístas, había mantenido una connotación mágica. La búsqueda del origen del Qi Gong es difícil. Las diferentes corrientes espirituales de la civilización china se han mezclado tan íntimamente a través de los siglos que han dado lugar a numerosas escuelas (taoísta, confucianista y budista) y a diversos métodos (medicina y artes marciales). En diciembre de 1975, se descubrió en la provincia del Qinghai una vasija de colores fechada a finales del neolítico (unos 5.000 años antes de nuestra era). La parte exterior estaba ornamentada con un motivo en relieve que mostraba un hombre sentado en estado de meditación, cuyo ombligo llevaba la marca de una profunda respiración abdominal. También se ha encontrado una columna de jade con doce caras, datada en el siglo IV a.C., en la que se observan 45 caracteres chinos que simbolizan el sistema del Qi Gong, así como un rodillo de seda del siglo II a.C. que presenta una cuarentena de posturas comentadas. El libro más antiguo de la sabiduría china, el Libro de las Transformaciones (Yi King), escrito unos 1.100 años antes de nuestra era, es un texto sobre divinización por medio de las fuerzas naturales, en forma de ocho trigramas de base. De este libro ha surgido la escuela de la alquimia interna que une los principios opuestos, el agua (Yin) y el fuego (Yang), para alcanzar la inmortalidad gracias a una práctica que utiliza la respiración, la visualización y la meditación a través de los “tres campos de cinabrio” (los 3 Dan Tian). El practicante hará circular la energía a través de “la pequeña circulación celeste”, reproduciendo, de este modo, en su cuerpo la evolución cíclica del sol y de la luna.
El taoísmo, fundado en el siglo VI a. C. por Lao Zu, pretende reencontrar en el hombre su origen celeste por medio de ejercicios respiratorios cuyo objetivo es purificar a la vez el cuerpo y la mente (alquimia interna del Nei Dan Qi Gong) y, por tanto, aumentar su longevidad. Durante los ejercicios de Qi Gong externo, la energía (Qi) y la sangre se concentran en la parte del cuerpo requerida antes de dispersarse, durante la relajación muscular, por los meridianos del resto del cuerpo. En el Qi Gong interno, en un primer momento, el Qi se acumula en el Dan Tian antes de repartirse, con un esfuerzo consciente, a:
• los dos Vasos mayores (es la circulación menor o circulación microcósmica),
• los doce Meridianos principales (es la circulación mayor o circulación macrocósmica). Esta última técnica interna es más difícil de aprender y requiere una serie de precauciones ya que exige una mayor cantidad de energía que debe ser cuidadosamente dirigida hacia los meridianos para evitar cualquier estancamiento, sobre todo en las venas de los miembros inferiores.
El Qi se elaborará en el Dan Tian inferior (“Campo del elixir”) situado unos 3,5 cm por debajo del ombligo y unos centímetros hacia el interior del abdomen. Ésta es la zona de entrada de energía para el embrión humano que utiliza sólo el cordón umbilical para aprovisionarse de nutrientes y de oxígeno. En los primeros años de vida, el niño respira, principalmente, por la zona abdominal del cuerpo antes de perder este hábito y respirar por la región torácica superior. El Qi Gong permitirá recuperar la práctica respiratoria abdominal de la infancia, controlar los músculos abdominales y, en consecuencia, realizar un profundo masaje de los órganos abdominales sostenidos por estos músculos (estómago, intestinos, etc.).
El Qi Gong interno utiliza tanto la postura de pie (Wu Ji y las posturas del árbol) como la postura sentada (sonidos curativos, sonrisa interior, meditación de la órbita microcósmica).